Obras de Alfonso Romero Asenjo

COMPOSITOR: Alfonso Romero Asenjo
ARTISTAS:  Cammerata Orchestra; Iagoba Fanlo; Sergey Teslya; Joaquín Torre
SELLO: Naxos
PRODUCTO#: 8.579044

FECHA DE LANZAMIENTO: Fecha mayo 2019

Reseña de Bob McQuiston, Classical Lost and Found (CLOFO.com, Y190828)

Liga a la reseña original en inglés

Sitio web original:  Classical Lost and Found (CLOFO)

El compositor-director-maestro Alfonso Romero Asenjo comenzó a tocar el piano a la madura edad de seis años. Nacido en 1957 en Bilbao, España, a 320 kilómetros al norte de Madrid, Alfonso estudió música y economía en su ciudad natal, así como en Sevilla, a unos 400 kilómetros al sur-suroeste de la capital de España.

Al graduarse, Alfonso comenzó a trabajar como economista pero pronto volvió a la música. Para 1985 había obtenido un título de posgrado en teoría y composición, después de lo cual pasó dos años en Madrid, estudiando dirección y piano. En1987 se mudó a Estados Unidos, donde tomó más cursos en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), incluido el de composición para la industria cinematográfica.

Durante esos años, comenzó a enseñar y se convirtió en profesor visitante en la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, a unos 240 kilómetros al oeste de Albany. Desde entonces ha regresado a España, donde ha formado parte de la facultad de distinguidas instituciones académicas, y su música ha recibido una atención internacional cada vez mayor.

A la fecha, la producción de Romero Asenjo ha sido poca pero de muy alta calidad. Naxos nos ofrece una muestra innovadora en este álbum que se complementa con cuatro selecciones para orquesta de cuerda. Dos de ellas son obras concertantes, y todas son grabaciones de estreno mundial.

Primero, su Sinfonía para cuerda de tres movimientos (2014), que es la composición más reciente de este álbum. Una pieza tonal aderezada con persuasión romántica, la apertura Allegro [pista 1] es una oferta mordaz que puede recordar momentos de las Sinfonías (1916-1952) de Prokofiev (1891-1953). Por otro lado, el siguiente movimiento Lento [pista 2] es una creación misteriosa que tiene connotaciones cinematográficas que recuerdan pasajes portentosos de la partitura de Bernard Herrmann (1911-1975) para la clásica película Psycho (1960) de Alfred Hitchcock (1899-1980).

La obra termina con otro Allegro [pista 3] que comienza frenéticamente con insinuaciones de una idea pixelada (IP) que pronto llegará. Éstos son seguidos por una breve pausa, y una versión completa de la IP con pizzicato [01:53], que se somete a una exploración de algo parecido a un ostinato. Luego hay otro breve descanso, y los pasajes apresurados se unen en un episodio contundente basado en IP que termina con la Sinfonia con lo que parece un suspiro de muerte.

A continuación, el álbum presenta un Divertimento que data de 1995 que fue comisionado para la orquesta estudiantil asociada con el Conservatorio Rafael Orozco en Córdoba, España. Diseñado para jóvenes y aspirantes a músicos de cuerda, cada uno de sus tres concisos movimientos tiene una simplicidad y franqueza que hacen que esta música sea ideal para intérpretes novatos.

Aquí el movimiento inicial Moderato, similar a una marcha [pista 4], está basado en un tema orgulloso y melodioso (OM); le sigue un movimiento Lento relacionado con el OM [pista 5], que es un lamento en movimiento. Luego, un valiente Allegro, fugato con el tema principal derivado del OM [pista 6] termina la obra con gran ánimo.

Pero los cielos se oscurecen con el siguiente Concierto para violonchelo y orquesta de cuerda (1995), del cual hay una versión posterior para orquesta completa (1996). En un solo movimiento, que dura un poco más de veinte minutos [pista 7], está compuesto por cinco contemplaciones contiguas y afligidas.

La primera contemplación es un enunciado triste que comienza lentamente con un melancólico tutti y pasajes de violonchelo lagrimoso. Esto es seguido por tres tratamientos distintos: agitado [04:25], esperanzador [07:49] y el último, similar a un scherzo [12:20], que dan paso a una quinta contemplación melancólica [15:08]. Esta última tiene una cadenza de violonchelo taciturno [17:58] seguido por el regreso de tutti [19:44], que se compadecen con el solista, terminando así el trabajo con total desesperación.

El compositor ruso Alfred Schnittke (1934-1998) rindió homenaje al Concierto para dos violones (1717-1723) de JSB (BWV 1043), con su Concierto grosso no. 3 de 1985. Romero Asenjo hizo lo propio con la última pista del álbum, con su Concierto para dos violines de 1989.

En tres movimientos como su antepasado barroco, el Concierto para dos violines abre con un Allegro [pista 8], que tiene un prefacio lento y reverencial que sugiere una idea angular y vivaz (IAV), que pronto aparece [00 : 30]. Luego, la IAV desencadena un elaborado fugato que está virtualmente bordado por los solistas y da paso a un entusiasta Lento. Este último se basa en un tema melancólico, derivado de IAV [pista 9], que muchos podrán decir es la parte más impactante de este concierto.

Esta obra concluye con otro Allegro [pista 10], que tiene un fugato alimentado por una secuencia frenética de IAV. Aquí los violines se persiguen y dan paso a un breve episodio nostálgico e imitativo para la orquesta [02:39-03:19]. Luego regresan para terminar el movimiento como comenzó, llevando el concierto y este álbum a una conclusión satisfactoria.

Uno de los grupos de cámara más importantes de la actualidad, la Orquesta Cammerata de España, aparece en este álbum. Dirigidos por su violinista principal y compatriota Joaquín Torre, se les unió el violonchelista Iagoba Fanlo para el Concierto inicial. El maestro Torre toca el segundo violín, mientras que el ruso Sergey Teslya, el primero. Estos músicos brindan relatos comprometidos, generalmente bien interpretados, de las cuatro selecciones, a pesar de algunos momentos esporádicos y entonadamente inquietos.

Las grabaciones se realizaron a finales de 2016 en el Auditorio Victor Villegas, Murcia, España, y parecerían ser autorizadas ya que este disco fue producido por el compositor. Proyectan una cómoda imagen sonora en un entorno agradable con los dos violines y el violonchelo, respectivamente a la izquierda y a la derecha del centro del escenario. En ese sentido, gracias a la puntuación inmaculada del compositor, así como a una ingeniosa ingeniería, los solistas están increíblemente bien resaltados y equilibrados con todas las otras cuerdas.

El tono general del álbum es generalmente aceptable, pero hay algunos puntos digitalmente granulados en los agudos. Por otro lado, el rango medio y el bajo son de calidad de sala de conciertos, sin destacar los registros inferiores. Teniendo en cuenta el sonido de cuerda menos que ideal que generalmente se encuentra en las grabaciones convencionales, esta versión recibe la calificación de “audiófilo” por parte de CLOFO: – Bob McQuiston, Classical Lost and Found (CLOFO.com, Y190828)

Pueden escuchar esta grabación en Spotify

Traducción: María Cortina-Borja