El árbol de la vida, música de México. Portada.

El árbol de la vida, música de México.

COMPOSITOR: MONCAYO, VÁZQUEZ, CASTRO, REVUELTAS Y IANNARELLI
ARTISTAS: Pablo Garibay, OJUEM, Gustavo Rivero Weber
SELLO: Naxos
PRODUCTO: 8573902
FECHA DE LANZAMIENTO: Enero 2019

El árbol de la vida es la primera grabación para Naxos de la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata, bajo la dirección del maestro Gustavo Rivero Weber, tocando una serie de obras de compositores mexicanos. En esta grabación se presenta por primera vez a nivel mundial la obra El árbol de la vida, del compositor Hebert Vázquez dedicada al guitarrista Pablo Garibay.

Gentilmente el compositor Hebert Vázquez a accedido a contestarnos algunas preguntas acerca de su obra:

NeE: El árbol de la vida, es una obra dedicada al guitarrista mexicano Pablo Garibay, pero antes que nada nos gustaría saber que nos puede decir acerca de la forma y características de esta composición.

HV: a pesar de tratarse de una pieza para guitarra solista y orquesta, El árbol de la vida no es un concierto. No me interesa recurrir a narrativas formales que tuvieron su momento de auge en condiciones histórico culturales que ya no prevalecen en la actualidad o que sólo están presentes tangencialmente. El concierto clásico y romántico —con su oposición entre el individuo y las masas— es un producto de la ideología imperante a fines del siglo XVIII, dentro del marco de la revolución industrial y el pujante nacimiento de la burguesía. En mi pieza el solista y la orquesta no están desequilibrados, sino en igualdad de condiciones. Hay elementos temáticos y de textura que pertenecen únicamente al ámbito orquestal, como por ejemplo el son El cascabel, en el que la guitarra participa únicamente esbozando un acompañamiento en rasgueos, y otros que son del ámbito exclusivo del solista. A diferencia del modelo propuesto por el concierto, en el que el individuo/solista —con su hubris desplegada en un lenguaje elaborado y virtuosístico, y sus espacios narrativos destinados al lucimiento instrumental— termina imponiéndose al grupo, en mi obra tienden a convivir en comunidad. A pesar de ello, me encuentro con gente que se refiere a El árbol de la vida como a mi “concierto de guitarra” y a Ofrenda como a mi “concierto de violín”, lo que muestra la profunda resonancia que los moldes clásicos mantienen en nuestro imaginario.

NeE: Esta obra está inspirada en la literatura de Elisabeth Haich (1897-1994). ¿Qué nos puede decir acerca de los elementos que le inspiraron de esta escritora?

HV: curiosamente, Haich —escritora de temas espirituales— no representa el tipo de literatura que acostumbro frecuentar, y que gravita más en torno a autores como Borges, Houellebecq, Onetti, Soseki, Gardner, Murakami, Grass y Kafka, por citar a unos pocos. No obstante, me atrajo la dualidad que en su libro Initiation emana del árbol de la vida, símbolo arquetípico compartido por diversas cosmologías y mitologías alrededor del orbe. Pese a que la versión de Haich, en su clara oposición del bien y el mal, se encuentra fuertemente arraigada en una narrativa judeo-cristiana hacia la cual no me siento particularmente atraído, posee también elementos más personales que resuenan en mi interior, como los que cito a continuación:

“Toda la creación —el mundo visible sobre nosotros— es como un árbol. En el lado derecho posee buenos frutos, positivos, y en el izquierdo, frutos malos y negativos. Pero ambos lados pertenecen al mismo árbol y provienen de la misma unidad.”

“La creación siempre significa la mitad del todo… la mitad que ha caído fuera de la unidad se ha vuelto reconocible a través de comparaciones, mientras que su mitad complementaria ha quedado atrás, no manifestada.”

“El mundo material es como un árbol de la muerte: el árbol del conocimiento del bien y el mal, así como el Dios que mora en su interior es el árbol de la vida que vive en todo lo creado”.

“Todas las criaturas, todas las plantas, animales, y el mismo hombre, son frutos del árbol del conocimiento del bien y el mal; todas están vivas porque el flujo vital del árbol de la vida corre por sus venas, esto es, porque el árbol de la vida vive dentro de ellas.

Pueden ver el clip de esta grabación aquí El árbol de la vida, Music from Mexico

También pueden escuchar nuestro podcast con entrevistas exclusivas al guitarrista Pablo Garibay y la director Gustavo Rivero Weber aquí: Naxos Ésto es música clásica.

Hebert Vázquez. Foto: Sandra Pani
Foto: Sandra Pani

NeE: En esta obra, usted hace uso de una melodía popular mexicana llamada El cascabel ¿Cuál es el significado de esta inclusión?

HV: El árbol de la vida exhibe dos elementos contrastados que se desprenden de la visión dicotómica del árbol de la vida esbozada por Haich en Initiation.

El primero de ellos se hace presente desde el inicio mismo de la pieza: se trata de una textura introspectiva, caracterizada por el llamado de la campana/cencerro, al que responde una línea ascendente de los violonchelos/cornos, que deja tras de sí una estela etérea de flautas y clarinetes, sobre fondo de violines divididos. Este gesto de apertura es dinamizado paulatinamente por la participación de las trompetas antes de la entrada de la guitarra en la pieza.

El material que complementa narrativamente al gesto anterior corresponde precisamente a la cita del son veracruzano El cascabel, que simboliza la pulsión de vida —si se me permite el término freudiano— y que aparece más adelante en la obra.

En los compases conclusivos se escuchan simultáneamente estos dos materiales, como representación de la unidad simbolizada por el árbol de la vida.

NeE ¿Cómo fue trabajar con el guitarrista Pablo Garibay y con la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata bajo la dirección del maestro Rivero Weber?

HV: Empezaré por comentar que Pablo es un intérprete sobresaliente en un país en el que la guitarra ocupa de por sí un lugar destacado, tanto en la música popular como en la de concierto. Si bien es evidente que posee una técnica depurada que le permite abordar los repertorios más diversos —más allá de sus exigencias técnicas—, lo que lo distingue, a mi juicio, es el involucramiento, el cuidado y la certidumbre de sus interpretaciones. Su voz se hace presente en la diáfana conducción y diferenciación de planos discursivos que entran en un diálogo de sutilezas dinámicas, tímbricas y de articulación. Trabajar con él en El árbol de la vida me ha revelado aspectos insospechados de la obra. Por otro lado, la energía desplegada en la colaboración entre Pablo y la OJUEM fue para mí una experiencia inédita. Pude ser testigo durante el proceso de grabación de una empatía y entrega que a mi juicio sólo pueden ser alcanzadas por los artistas jóvenes, atributos que se hacen presentes en las demás obras incluidas en el disco. Pero fue sobre todo la experiencia de Gustavo Rivero Weber la que aportó la certidumbre y templanza que permitieron conducir el impulso vital a buen puerto. Mi agradecimiento profundo a él, a Pablo y a los integrantes de la OJUEM.

Pueden ver el clip de esta grabación aquí: El árbol de la vida, música de México